¿Te has sentido harta/o, donde todo te fastidia y nada te convence, es como un vacío, un vacío existencial? Esa sensación es el motor de mi búsqueda personal. A mis 29 años con titulo en mano, una carrera profesional “exitosa” y una vida de plástico, surgía esa sensación de vacío, harta de todo y por todo, la vida no la vivía, sino la sufría.
Como tenía la necesidad imperiosa de tapar ese agujero existencial, comencé a estudiar coaching como herramienta profesional, y descubrí un universo nuevo. Comencé un proceso profundo de rediseño con grandes desafíos. Tuve el honor de verme cara a cara con mi dragón y navegar más de una vez por la noche oscura del alma para reconstruir mi identidad, y encontrarle el sentido de la vida. En esta aventura descubrí el don de la curiosidad, donde me gusta conocer a la persona que tengo enfrente y motivarla a cumplir con lo que anhela para su vida (aunque suene muy Disney). La orientación al servicio se ha vuelto el motor de mi corazón.
No te digo que todo fue fácil, sin embargo estoy agradecida a cada una de las experiencias y personas que se han cruzado en mi camino, sin ellas no hubiera llegado a ser quien soy hoy. Y estoy feliz por ello ¡amo mi imperfección!
Sé que cada desafío me conecta con algo más grande, incluso aquellas cosas que quise y no he logrado, la frase que hoy elijo es "si sucede, conviene" (autor desconocido, repetida por mi madre), y que la única forma de alcanzar lo que quiero es atreverme a hacerlo. El proceso es continuo y siempre en coherencia con el sentido que elijo para mi vida.
Nunca es tarde para tomar las riendas de tu vida; habrá días de inspiración y acción y también días terribles (que son válidos y aceptables). La forma de saber si es el camino, es animarte a transitarlo. Y si te diseñas y creas un plan, hay más posibilidades de alcanzar lo que quieres lograr.
Como dijo Joseph Campbell:
“Son las imperfecciones las que nos
identifican, son las imperfecciones las que requieren nuestro amor”
Mi objetivo es orientarte para que te rediseñes a una vida más simple, alineada a tus valores y a tus propósitos. Para que elijas qué sí y qué no quieres para tu vida. Para que observes tus miedos y creencias limitantes, las abraces y las transformes en posibilidades. A que te animes a construir y compartir miradas más livianas hacia ti mismo y hacia el otro. A potenciarte con coherencia interna. A construir la vida que quieres vivir, estableciendo tus propósitos.